En este artículo voy a hablar un poco del reportaje post-boda.
Actualmente muchas parejas no terminan el reportaje de su boda el día del enlace. Una vez que ha pasado el gran día, ya estamos preparados. Hemos hecho el reportaje preboda, el reportaje de boda y ya dominamos todas las situaciones. Las sesiones de un reportaje post-boda son una oportunidad perfecta para volver a vestiros de novios. Disfrutaremos de una sesión fotográfica muy, muy especial.
Las características predominantes en una sesión de reportaje post-boda son:
Los americanos -de donde hemos importado esta idea- llaman a esta sesión «trash the dress» (destroza el vestido). Bueno, tampoco es eso, pero sí es verdad que ya no nos importa si el vestido de ensucia, se moja o se estropea. La realidad es que la novia no va a volver a ponerse un vestido que de todas formas estaría guardado o en la tintorería.
Por otro lado, hay circunstancias en las que es prácticamente obligado realizar esta sesión. Si en la celebración o después de la ceremonia ha sido imposible por falta de tiempo realizar las fotografías. En este caso no hay problema, puesto que esta vez podemos elegir el día, el lugar, la hora, la duración…
Precisamente la elección del lugar, el día y la hora son las grandes ventajas de este tipo de reportajes:
Las posibilidades son infinitas y como ya tenéis confianza con vuestro fotógrafo, animaos a sugerirle poses, lugares, situaciones… La creatividad debe tomar el mando. Seguramente ya sea la tercera vez que os ponéis delante de la cámara, y por lo tanto, ya tenéis seguridad y confianza. ¡Aprovechad esto!
Pasadlo bien y sed originales, Va a ser un recuerdo inolvidable.
Normalmente, contemplamos tres escenarios diferentes para los reportajes post-boda:
En definitiva, esta es una opción más, antes de enterrar definitivamente el traje del novio y el vestido de la novia….